martes, 5 de octubre de 2010

Una niña iraquí de 13 años se entrega a la Policía para no inmolarse


La insurgencia en Irak lleva un tiempo encargando algunos atentados a personas tradicionalmente ajenas a las acciones terroristas, pero nunca se ha dado un caso de que estos nuevos 'mártires' hayan decidido no inmolarse en el último momento. Así, y aunque se han conocido casos de disminuidos psíquicos, mujeres e incluso menores encargados de provocar auténticas masacres, una niña de 13 años ha decidido entregarse este fin de semana en Baaquba y salvar su vida y, a buen seguro, la de más de un ciudadano.

Un portavoz del Ejército de Estados Unidos, el teniente David Russell, informó hoy de que la menor se acercó a la policía iraquí desplegada en la convulsa provincia de Diyala "diciendo que tenía puesto el cinturón y que no quería usarlo". Se desconoce, de momento, si la niña fue obligada a perpetrar el atentado interrumpido en el último momento o si se colocó el cinturón "voluntariamente".

Los ataques suicidas por parte de mujeres y niñas se han convertido en una fórmula cada vez más usada por la insurgencia, especialmente este año, para burlar de los habituales registros policiales. Los agentes masculinos se muestran reticentes a los cacheos, por lo que el Ejército de Estados Unidos y las autoridades locales desarrollan un programa denominado 'Hijas de Irak' para entrenar a mujeres para los registros, dando un modo de vida a un sector habitualmente sin empleo y evitando el riesgo creciente de las inmolaciones femeninas.

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